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Viaje al centro del corazón - 3



La satisfacción máxima de un escalador es precisamente el momento increíble de ver su esfuerzo culminado. Es el momento en el cual se toma la foto con su bandera en la cumbre de la montaña.  Nada puede compararse con tan intenso momento.  Se dice que muchos alpinistas cuando ven frustrado su esfuerzo por alcanzar la cima, solo ven a la cúspide de la montaña y con un suspiro desde el ser de su alma dicen:  “Tarde o temprano te conquistaré”.  ¡Qué hermosa imagen para nosotros como padres de estos maravillosos chicos y chicas que llamamos nuestros hijos!  Estoy seguro que muchos padres se han sentido frustrados al no poder conquistar el corazón de sus hijos.  Estoy seguro que los sinsabores de la vida, los momentos de tensión en casa, las lágrimas al ver un hijo indisciplinado, rebelde y grosero; solo son un aliciente para decir: “tarde o temprano te conquistaré”.  Pero también estoy seguro que muchos padres han podido sentir el intenso momento de un beso, un abrazo, un papi o mami TE QUIERO.  Tal vez no hay una foto física de estos sublimes momentos, pero estoy seguro que hay una fotografía mental que nunca se borrará de nuestra memoria y de nuestro corazón.  Ahora bien, ¿Qué podemos hacer para contribuir en la vida de muchos padres que aún no han conquistado el corazón de sus hijos?  Vamos a buscar algunas respuestas.

 

1.     Mientras nuestros hijos están en casa, aún hay tiempo:

Estoy seguro que muchos hemos escuchado o usado esta frase: “Mientras vivas bajo este techo…”  Lamentablemente no usada de forma sabia.  Usualmente echamos mano de ella cuando llegamos al límite de las tensiones. Es un recurso duro, pero al fin un recurso.  No es el mejor, pero se usa.  Sin embargo, este día quiero utilizarlo, pero de forma muy diferente a esta tan dura manera.  Quiero tomar la misma frase y usarla de forma diferente, quiero incluirle algunos conceptos de “Afirmación positiva” de lo que continuamente estoy hablando.  Que tal si la usamos así:  “Mientras vivas en esta casa…

…tendrás un padre o una madre con quien hablar”.

…tendrás quien te ame tal como tú eres”.

…tendrás una mano amiga que estará allí para sostenerte, cuando no puedas”.

…la puerta de nuestro cuarto, y de nuestro corazón siempre estará abierta”.

…serás nuestro hijo, en las buenas y en las no buenas”.

…puedes venir y llorar, porque lloraremos contigo”.

…siempre habrá perdón y gracia”. 

Lamento tanto las lágrimas de muchas madres con sus hijos jovencitos que un día fueron sus tiernos pequeños a los cuales amaron.  Si nuestros hijos están en casa, aún se puede hacer algo.  Si nuestros hijos están en casa, aún hay mucho que podemos hacer en el bien de sus vidas.  Nada es tan gratificante que ver a nuestros hijos crecer en el temor de Dios, siendo sabios y tomando decisiones prudentes. Por ello mientras nuestros hijos están en casa, aún hay tiempo.

2.     Mientras que la oportunidad está presente, aprovéchela:

Una verdad que no está escrita en libros, pero que definitivamente es real es la siguiente: “Tus hijos siempre necesitan de tu amor incondicional”.  Algunos padres me han preguntado qué pueden hacer.  Parece que el hogar se ha convertido en un campo de batalla.  Cuartos cerrados, frases que se repiten: “No te metas en mi vida”,  “No me entienden”, “Ojalá viviera en otra casa”, etc.  Recuerdo la mirada de un padre junto a su esposa que me dijo: “¿Qué puedo hacer?  Buscando alternativas le di dos consejos:

a)     Dele a su hijo/a gracia: Es importante recordar qué es la gracia: la forma en que Dios trata con nosotros. Somos malos y pecadores, pero él nos ama por gracia.  Repetimos los errores, pero él nos recibe por gracia.  Mentimos, pero él vuelve a creer en nosotros por gracia.  Insistimos en estar lejos de la comunión (nos importa muy poco Dios), pero él nos espera el tiempo que sea necesario por gracia.  Este modelo divino es trascendental para nosotros como padres.  Debemos ser capaces de darle a nuestros hijos gracia.  Permitan que repita: Su hijo hizo algo malo, pero usted lo ama por gracia.  Su hijo repite los mismos errores, pero usted lo recibe por gracia. Su hijo miente, pero usted creer otra vez en él por gracia. Su hijo se aleja de usted, pero usted lo espera el tiempo que sea necesario por gracia.  La forma en que usted reacciona con sus hijos debe pasar por el filtro de la gracia.  Esto le ayudará a entender lo que importa y lo que no importa, lo que es trascendente y lo que es irrelevante. El Dr. Tim Kimmel en uno de sus libros dice: “Vivir dando gracia le ayuda a entender si escribe las reglas con tinta o con sangre”. La gracia le ayudará a derramar muchas lágrimas. 

b)     Otorgue perdón: A un padre normal no se le ocurriría dejar sin comer a sus hijos.  Un padre decente no pensaría en dejar sin estudios, educación y conocimiento a sus hijos.  Un padre digno ni siquiera considera dejar a sus hijos sin estímulo, amabilidad y afecto.  Un padre sabio, siempre y sin condiciones otorga perdón a su hijos bajo cualquier situación. Si queremos tener una relación significativa, es necesario estar en el carril del perdón.  El modelo, al igual que la gracia, es nuestro mismo Dios. 

Debemos hacer un alto antes de terminar y desde esta óptica dejar algunas ideas para llevar a la práctica.  Si queremos conquistar el corazón y vida de nuestros chicos, es hora de actuar. Intente lo siguiente:

1.     Sea un buen ejemplo de sus hijos:

a.     Guíe antes de mandar.

b.     Ame y muestre continuo amor.

c.     Admita sus errores.

d.     Involúcrese en la vida de hogar.

2.     Comprométase con sus hijos:

a.     Acepte a sus hijos como son.

b.      Recuerde que los tiempos cambian.

c.     Tolere las equivocaciones y disfrute los aciertos.

d.     Recuerde que su trabajo de ser padre nunca termina.

Que su viaje al corazón sea una aventura que llene su alma, aunque sea tempestuoso o le lleve tiempo, no deje de conquistar. 

Lic. Maynor Salguero

Ministerio Llamados a Servir
Unidad Formativa para Padres IEAL

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