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Educando para la vida

El mundo en el que vivimos hace sumamente difícil para nosotros enseñar obediencia a nuestros hijos.  La  rebeldía campea alrededor de ellos.  La sociedad es hostil a la verdad Bíblica, y esta aversión contra Dios y contra las cosas relacionadas a él da forma a la cultura en la cual nuestros hijos actúan y viven de día en día. 

La sociedad parece dedicada a enseñar a los chicos a potencializar su rebeldía.  Los chicos actuales, ven aproximadamente treinta horas de televisión o streaming por semana.  Antes que salga de secundaria, habrá contemplado poco más de 20,000 horas de pantallas.  La gran mayoría de programas presentando figuras de autoridad cuestionables, (pastores y/o curas corruptos, padres con dobles vidas, autoridades inmorales, etc.).   Verán toda clase de pecados idealizados, incluso la rebelión será colocada como una virtud.  La violencia será tomada como necesaria, (Los 300). La homosexualidad es presentada como una forma de vida normal, incluso noble.  El asesinato, la inmoralidad y las drogas formarán parte esencial de la programación diaria.  Las peores acciones ya no parecerán repulsivas (que repulsivo hay en ver a dos estrellas mujeres besándose, o un hijo de predicador gay, o tener sexo si lo hacen de forma segura).

Con sobrada razón, no debemos sorprendernos al ver en el continente latinoamericano; 10 millones de chicos que padecen actualmente de enfermedades de transmisión sexual, 5,000  contraen alguna enfermedad de transmisión sexual diariamente.  ¿Es acaso motivo de sorpresa que casi un millón de señoritas comiencen a tener relaciones sexuales antes de los 17 años? Deberíamos sorprendernos de los múltiples chicos vestidos de negro, mostrando su venia al satanismo, o jovencitos portando un revolver con la consigna de matar, (el mejor ejemplo es Virginia Tech).    Todas estas pruebas, son fruto de una sociedad que aprueba y glorifica la rebelión y la falta de principios de obediencia.  La consigna final: Estar en contra de todo lo que esta a favor”.

El deber de los hijos en el hogar es obedecer.  El reverso es el deber de los padres; enseñarles esta obediencia en un ambiente de piadosa disciplina, sin exasperarlo en ello.  Dios ha dado a los padres autoridad sobre sus hijo, y ha mandado a los hijos que obedezcan a sus padres “en todo” (Col. 3:20).  Pero esto no significa que los padres estén automáticamente siempre en lo cierto.  La Biblia se dirige a los padres como administradores del Señor, responsables para dar un medio de crianza apropiado para los hijos, a los que Dios en gracia ha confiado a los cuidados de ellos.  Lo mismo que todos los administradores, los padres darán cuenta, en última instancia, acerca de cómo han cumplido con sus deberes.   Por ello debemos educar para la vida, ¿Cómo?

Permitan que les presentemos formas en que provocamos la rebeldía de nuestros hijos, formas en que los irritamos irreflexivamente. Cuando actuamos de esta forma, incitamos deliberadamente y contribuimos a continuar la cultura de la rebeldía y desobediencia en nuestros hijos.

NOTA: Antes de leer las maneras de contribuir a la rebeldía y desobediencia, debo afirmar lo siguiente:  No hay un ambiente más sano para nuestros jovencitos (as) que una familia nominalmente cristiana donde los padres son temerosos de Dios y con sabiduría no descuidan proveer una apropiada y amante disciplina y amonestación formativa.

“Y vosotros padres no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Efesios 6:4

Provocar significa “Aírar”, “encolerizar”, “producir una rebeldía abierta, desatada, o secreta”. 

 El reto entonces es no provocarlos a ira, para no producir rebeldía, ¿Qué hace entonces a nuestros hijos rebeldes y tan confrontatívos?


1-     Exceso de protección:  Puedes exasperar a tus hijos encerrándolos demasiado, ahogándolos.  No confiando nunca en ellos.  Suponiendo siempre que no te dicen la verdad.  Nunca dándoles la oportunidad de actuar con independencia, haciéndoles sentir inútiles y aplastados.  Este es un peligro concreto en el mundo actual.  Los padres ciertamente tienen necesidad de proteger a sus hijos, especialmente en un medio con tantos peligros.  Antes podíamos jugar con relativa seguridad.  Desafortunadamente, el mundo hoy es mucho más peligroso que cuando éramos   jóvenes.  Sin embargo la excesiva protección comunica una falta de confianza en el hijo.  Los hijos excesivamente protegidos por su padres se desesperan al no conseguir nunca la confianza de sus padres.  Normas y restricciones sin privilegios llegan a transformarse en una cárcel sofocante en el hogar.  La reacción natural es actuar con rebeldía. 

2-     Exceso de Indulgencia: El reverso de la sobreprotección es permisividad o indulgencia excesiva.  Algunos padres miman tanto a sus hijos que los convierten en pequeños déspotas y tiranos.  Los estudios demuestran que los hijos a los que se les da excesiva libertad comienzan a sentirse inseguros y no amados.  Bien dice la Biblia: “El que detiene el castigo a su hijo aborrece”. Proverbios 13:24.  En los últimos años, nuestra sociedad ha fomentado una cultura del no castigo (por suponer que daña la autoestima); lo que ahora nos permite cosechar una generación de jóvenes encolerizados, rebeldes y fracasados.

3-     Favoritismo: Una tercera manera que con toda certeza producirá rebeldía en nuestros hijos es mostrar favoritismo hacia alguno de ellos.   El riesgo es mayor cuando el hogar es disfuncional, (Se tiende a favorecer a los hijos de sangre).  No des regalos y privilegios a uno que niegues a otro.  Ni siguiera compares unos hijos con otros.  ¿Por qué no puedes ser como tu hermano/a?  No emplees las virtudes o los talentos de un hijo como la norma para medir los logros de otro.  No hay nada más humillante para un joven que ser humillado o rebajado al hacerle comparación con un hermano o con un compañero de clase o vecino.        ¿Quieres realmente destruir a tu hijo? Hazle sentir inferior a todos los demás de la familia.  Preséntalo como la oveja negra de la familia.  Lo cargarás con un terrible sentimiento de frustración y en el proceso lo llevarás al camino de la rebeldía. 

4-     Metas Irrealizables: Muchos padres provocan a sus hijos impidiéndoles constantemente alcanzar metas.  Presiona a tu hijo a que llegue a metas que tú nunca alcanzaste, y lo destruirás.   Empuja a tus hijos a metas no realistas o irrealizables y robarás a ellos todo sentimiento de éxito.  Existen muchos padres que mantienen una presión implacable sobre sus hijos para que consigan notas altas.  Mucho de este accionar es un descarado egoísmo.  Esperan que sus hijos cumplan y realicen lo que ellos nunca alcanzaron o lograron.  Es una injusticia imponer esta carga sobre ningún jovencito/a.  Cuide de no vivir sus fantasías de autorrealización con la vida de sus hijos.

5-     Desaliento: Puedes llevar a tus hijos a ser rebeldes desalentándolo.  La Biblia dice: “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”. Colosenses 3:21 Los padres desalientan cuando critican constantemente, pero nunca recompensan.  Nunca hay elogios, por sus logros.  Nunca permiten a sus hijos gozar de sus propios éxitos.  Un hijo que piensa que nunca puede  conseguir la aprobación de su padre pronto abandonará todo intento de lograrlo y se deslizará a la rebeldía.   ¿Cómo los desalientas?  Céntrate siempre en lo que hacen mal, y nunca te des cuenta de lo que hacen bien.  Fíjate siempre en sus faltas, pero nunca digas nada acerca de sus cualidades positivas, ignora sus dotes y talentos naturales.  Muéstrate constantemente suspicaz en los que hacen para encontrar sus faltas. 

6-     Descuido: Otra forma de provocar a tus hijos a la rebeldía es mediante el descuido.  Deja de mostrarle afecto.  Muéstrate indiferente a ellos.  No te intereses en lo que les interesa.  No te preocupes de sus necesidades (no es solo dinero).   Muchos hijos comunican un descuido similar al tratar a sus hijos  como intrusos.  Algunos valorizan más la finca, las vacas, el carro, la oficina, etc. que a sus chicos.  Hazles sentir que son un peso de exceso y comenzarán a sentir resentimiento que se manifestará en rebeldía.

7-     Desvalorizarlos: Una forma muy sutil de provocar rebeldía en nuestros jóvenes es cuando te rehúsas a valorar su accionar.  Cuando los humillas o te ríes de ellos.  Cuando dicen cosas ingenuas o inmaduras; si constantemente les hablas con aires de superioridad; o si los ahogas cada vez que intentan algo que crees que es demasiado para ellos, (los consideras inútiles).  Cuando nunca los alientas a probar e intentar nuevos retos.  Cuando nunca los alientas y en realidad los confirmas en su inmadurez o inutilidad.  No te rías delante de ellos con sarcasmo.  Dales aliento, soporte y confianza; de otra manera tendrás jovencitos rebeldes y muy agresivos y violentos.

8-     Mal uso del amor: No empleen como instrumento de recompensa y de castigo el afecto y el amor.  Le parecen conocidas estas frases: “No te voy a querer si haces esto”, “!Que linda hija tengo, te quiero cuando eres tan buena¡”.  Algunos padres actúan así inconscientemente, con una conducta que sugiera que se quiere mas al hijo si se porta bien.  El mensaje es un amor condicionado.  El verdadero amor no sube y baja en base de los logros o fracasos de nuestros hijos.  Las amenazas o afirmaciones de retirarles o darles nuestro amor cuando se compartan mal o bien, solo provoca hijos en rebeldía.

9-     Una disciplina excesiva: Demasiado castigo es otra forma de garantizar que nuestros hijos serán rebeldes.  Algunos padres tienen la opinión de que si un castigo es bueno, una gran cantidad de castigo será mejor.  Siempre están acosando a sus hijos.  Blandiendo la amenaza de castigo corporal sobre sus cabezas ante cualquier situación.  Esta conducta no es otra cosa sino brutalidad.  El padre que educa para la vida no es el que se impone con gritos y golpes.  Este accionar es devastador para el espíritu de nuestros jóvenes.  Me sorprende la facilidad con las que los padres abusan con malas palabras y golpes a sus hijos.  Muchas veces dicen cosas a sus hijos que nunca le dirían a otras personas,  Definitivamente este proceder producirá no solo hijos rebeldes, sino también enemigos.

10-  No guiarlos en el temor de Dios: Cuando los padres se resisten a tomar su labor de guía, docente, y maestro.  Cuando el padre cede el terreno a su compañera (sin desestimar su labor en el hogar).  Cuando el padre decide de manera voluntaria eliminar la figura paterna y varonil; cae en el terreno de convertir a sus hijos en rebeldes sin causa.

 Ser influenciado por una sociedad sin Dios y sin guía.  No debe ser una razón para que nuestros hijos muestren rebeldía.  Educarlos para la vida es una tarea para valientes.  Formar en ellos una vida de obediencia en una era de rebeldía será el reto que cada uno deberá afrontar.  Es el deseo de la unidad formativa de padres contribuir en la formación de los chicos.  Ánimo y que Dios les guíe en esta sublime tarea .


Ministerio Llamados a Servir
Unidad Formativa para Padres IEAL

Lic. Maynor Salguero

 


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