Introducción
Las canas seguramente siguen asomando a nuestro cabello de forma subversiva, tiñendo de blanco los surcos de la vida, y las arrugas cual compañeras fieles no nos dejarán nunca más, recordándonos que la vida sigue su marcha veloz y pasajera. La carrera por graduarse recién inicia para algunos de los chicos y otros nos despediremos este año de esta etapa. Sin embargo la etapa de ser padre no termina aún. Seguimos vistiendo ese traje tan especial que se nos ha entregado y que llevaremos por mucho más tiempo. Y precisamente en esta etapa madura de la vida para algunos de nosotros es cuando ser padre se hace tan complejo. Hijos que se consideran adultos, aunque tienen tanto que aprender. Hijas que coquetean bajo la mirada asustada de sus padres. Y de nuevo la pregunta: ¿Cómo puedo ayudarles a ser sabios? Reflexionemos sobre dos conceptos en este artículo: Voz sólida y pasos firmes.
La acción
Estoy seguro que todos estamos con la expectativa de la esperanza. Bueno aquí es donde el terreno del amor se hace presente. Cuando las relaciones tensas con nuestros hijos nos han restado autoridad solo queda una forma de actuar.
1- Reconozca que se ha equivocado. Sus hijos conocen muy bien sus errores, no se excuse.
2- Busque la reconciliación con sus hijos. Sus hijos siempre le darán una oportunidad.
3- Empiece de nuevo. No hay camino de retroceso, solo para adelante.
4- Encuentre el equilibrio. Autoridad, sensatez y confianza
PASOS FIRMES
Estoy seguro que esta lectura le ha hecho reflexionar. Eso espero. Al ver a tantos padres que equivocadamente repiten esa forma culturalmente impuesta que el hombre es el que manda, el hombre es el que grita, el hombre es el que pega. Evidentemente cuando los hijos tienen 5 ó 6 años funciona (tal vez por miedo), pero cuando tienen 17 años ya no.
Cuando nuestros hijos piden permiso o informan sobre una actividad que quieren realizar o algo que quieren comprar (o que usted le compre); es el momento de hacer efectivo los pasos firmes. Intentamos que cada padre tenga la capacidad de reconocer las oportunidades que la vida le presenta para ganar autoridad, y usar esa oportunidad para hacer valer su papel como padre. Una de esas oportunidades muy importantes en la relación padres/hijos es cuando tenemos una respuesta negativa.
La sociedad hoy día esta produciendo una generación a la que llamamos la generación Mercenaria. Hijos que cual guerrilleros, pelean en las trincheras de la casa en la búsqueda de hacer lo que quieren aún a expensas de los padres. Hijos que buscan estrategias subversivas para salir de la casa e irse con sus amigos, hablar con el novio/a, seguir prendido al teléfono o simplemente salirse con la suya.
Esta forma de relaciones padres/hijos no es nueva. Ya en el Antiguo Testamento la vemos muy bien representada en la vida de un padre y un hijo: David y Absalón. Si usted no conoce la historia permita que se la resuma en cinco pasos.
1- Desintegración familiar en el interior de la casa de David:
1er. Samuel 13:1-19
2- Incapacidad de David para ejercer su autoridad:
1er. Samuel 13:20-39
3- Tensa relación aumentada en el paso de los años:
1er. Samuel 14:28-33
4- Plan subversivo para restar la autoridad del Rey:
1er. Samuel 15:1-12 y 16:20-23
5- Final lamentable de lágrimas, muerte y desgracia:
1er. Samuel 18:1-33
Al ver esta historia triste de padre e hijo, podemos aprender cuan importante es dar pasos firmes en bien de nuestros hijos. No querer ver la responsabilidad, nos debilita. Dejar la autoridad a la madre nos debilita. Dejar que pase el tiempo nos debilita. No tomar dar pasos firmes nos debilita. Pasos firmes entonces es: Tomar acciones deliberadas e intencionales a favor de la vida de nuestros hijos.
La acción
¿Qué debo hacer entonces para ser un padre que cumple con su papel? ¿Qué puede hacer para construir esta relación tan importante en esta etapa de la vida?
1- Defina los roles de padre (tiene la autoridad) e hijos (se sujetan a la autoridad).
2- Cumpla su palabra de Autoridad: Sí es Sí, No es NO – Santiago5:12
3- Aprenda a Negociar con sabiduría.
4- Deje siempre abierta la puerta del diálogo.
5- Hable menos, oiga más, ame sin medida.
Conclusión
Esperamos que sus vidas sean retadas y que reflexionemos sobre este hermosa tarea de ser padres. No se pierda las próximas publicaciones de esta serie.
Lic. Maynor Salguero
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