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Serie: Aprendiendo a ser mejores padres - Mirada firme



Introducción:

Recién hace unas semanas estaba compartiendo con un grupo de padres en una iglesia, al terminar, se me acercó una pareja muy sonriente y con una mirada muy profunda me hicieron esta pregunta: “¿Cómo podemos ser buenos padres,  cuando nuestros chicos ya no son niños?  Yo creo que ya nos equivocamos mucho”.   Yo podía ver su sincera apertura y su preocupación digna de atender.  Al igual que estos padres, muchos hoy día están viviendo un sabor agridulce en sus hogares.  Sus hijos han dejado hace ya mucho tiempo de ser niños.  Quisieran que sus hijos ya no crecieran.  Quisieran detener el tiempo y volver a tener la oportunidad de cargarlos para disfrutar de su inocencia,  de sus preguntas ingenuas. de sus abrazos espontáneos y de sus caricias tan deliciosas.  Pero el tiempo es un tirano implacable que no se detiene.  Sin embargo, aún podemos ser padres adecuados.  Aún podemos seguir haciendo lo correcto y cumpliendo nuestro rol de padres.  Aún podemos seguir aprendiendo a ser padres, en especial en esta etapa inicial de vida adulta de nuestros hijos.  ¿De qué manera?  Empezaremos con los dos principios de esta publicación:  Sonrisa tierna y mirada firme.


SONRISA TIERNA

La reflexión

Cuando los hijos crecen sucede que en casa las risas por alguna extraña razón empiezan a apagarse, sucede que los tensiones por una razón inexplicable se hacen más continuas y los problemas aumentan en intensidad y frecuencia.  Continuamente escuchamos… “No me gusta eses muchacho”, “¿Qué estas viendo en el Internet?” “Cuantas veces te he dicho que ordenes tus cosas” “¡No!, el carro no te lo doy todavía no podés” “¡No!, no vas con esos tus amigos, ni de chiste”,  “¿Qué está pasando en el colegio?  “Y a vos, ¿Qué te pasa? etc. 

Temo que en muchos hogares hemos perdido la sonrisa.  Temo que en algunos hogares hemos dejado extraviada en algún lugar la “Sensibilidad del corazón”.   Por ello este día quiero detenerme por un momento y volver a un principio de oro en cada hogar.  La necesidad de mostrar el amor de forma intencionada.  Nuestros hijos aún necesitan de esas dosis de cariño, aprecio, muestras de amor y sonrisa.  ¡Sí!, de una sonrisa tierna.  Siguen siendo sus pequeños.  Tal vez ya están más grandes en estatura que usted.  Tal vez ya son tan independientes, que extrañan su dependencia.  Nuestros chicos están tan cerca de la independencia, tan cerca de su potencial de realización, que se hace necesario hacer un alto para mostrar una sonrisa tierna.  La pregunta es ¿Cómo hago esto?

La acción

Es muy importante en este momento de la reflexión, que no busquemos una excusa o una salida rápida a esta necesidad tan importante como es mostrar nuestra sensibilidad de corazón.  Todo lo contrario, es una excelente oportunidad de pensar en las formas en que podemos mostrar esa sonrisa tierna,  esos actos que nos acercan a los chicos  neutralizando las tensiones y los momentos de confrontación.   ¿Fácil?  De ninguna manera.  ¿Posible?  Absolutamente.  

Queremos compartir algunas ideas para apoyarles:

                      1. Hacer Tiempo

2. Modelar siendo ejemplo

3. Escuchar atentamente

4. Estimular motivando

                        5. Compartir desinteresadamente          


MIRADA FIRME

La reflexión
Podríamos seguir mucho más en el tema, pero debo mencionar la contraparte y hacer el balance de lo que estamos aprendiendo.  De la mano con una sonrisa tierna esta una mirada firme.  Debemos mostrarle a nuestros hijos que la autoridad no se pierde al reír o jugar o mostrar afecto.  Debemos mostrarle a nuestros hijos que aún seguimos siendo los que llevamos las riendas del hogar.  Como dijimos en la introducción, estamos a tiempo de hacer lo correcto y dejar a un lado esa  forma tan peculiar y barata de ser padres, que nos lleva por un sendero equivocado.  Debemos tomar la responsabilidad de ser firmes, pero no violentos.  Determinados pero no groseros.  Dignos de respeto a través de nuestras acciones. 

Si no ofrecemos autoridad y disciplina, tendremos anarquía y dolor en nuestros hogares.  Todo padre que esta aprendiendo a ser un padre a la medida, necesita una mirada firme.  Una determinación a hacer lo correcto y llevar a su familia a hacer lo correcto.  Una mirada firme es mostrarle a nuestros hijos lo que realmente es la disciplina y la autoridad correcta.  Alejarnos del autoritarismo y la violencia (aunque sea muy sutil), y mostrar autoridad y control.  De nuevo surge la pregunta: ¿Cómo tengo una mirada firme?

La acción

No estamos tratando de enseñar un asunto de los ojos, (aunque los incluye).  Es más bien la acción y las formas de mostrar autoridad.  He aquí algunas ideas:

1-     La autoridad se conquista, no se merece.

2-     Enseñe a sus hijos el tesoro de la confianza. 

3-     Provea para sus hijos opciones objetivas

4-     No prejuzgue a sus hijos - El bien debe ser supuesto, el mal debe ser probado.

5-     Sea firme con sabiduría – No humille a sus hijos, utilice la capacidad de negociación.


Conclusión

Hay mucho más que podemos aportar, pero queremos ser objetivos y precisos.  Por ello les retamos a probar estas ideas y ver si son funcionales.  Recuerden: No existen un modelo perfecto para ser padres,  debemos buscar aprender a ser padres a la medida. No se pierda las próximas publicaciones de esta serie.


Lic. Maynor Salguero

Ministerio Llamados a Servir

Unidad Formativa para Padres IEAL

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