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Serie: Prohibido Rendirse - La Prioridad



Introducción 

Por siglos y a través de los años la historia de Leónidas y sus 300 valientes ha sido inspiración para tantos. Muchas páginas se han escrito sobre este valiente Rey y su ejército de Espartanos.  ¿Cómo fue posible que 300 guerreros, detuvieran a un ejército de miles de persas? ¿Cuál fue el secreto de Leónidas para que sus guerreros lucharan con él, sangraran con él, y murieran por él?  La historia narra que la inspiración de este Rey nacía en su forma de apoyar y cuidar a sus soldados.  El los formó, él tenía una prioridad, él tenía una meta muy precisa.  Darle a sus guerreros el lugar que ellos se merecían.  Él no era nada sin ellos y ellos no eran nada sin él.  Una relación intensa que les hacía fuertes y les llenaba de fortaleza.  Su grito de batalla se podía escuchar desde lejos.  Este ejército fue formado para no rendirse.  Un gran Rey, un gran ejército, una gran nación.  Leónidas, 300 valientes, Esparta.
De nuevo hago la aplicación.  Dios te ha dado la oportunidad de tener a tu lado a tus hijos.  Tus compañeros de batalla en la vida.  No siempre serán niños, no se quedarán entre carritos y muñecas.  Por el contrario, llegarán a ser hombres y mujeres que están en la vida, luchando como cada uno de ustedes.  La pregunta que me hago hoy es: ¿Qué clase de hijos estoy formando? ¿Qué clase de guerreros voy a ver en el futuro?  El Impacto de los padres en la vida de sus hijos es muy intenso, aunque en esta tierna edad no lo noten, lo verán, de seguro lo verán con el paso de la vida. Tenemos la oportunidad de formarles,  pero era oportunidad podemos desperdiciarla o perderla si no tomamos en serio nuestra responsabilidad.  ¡Solo hay una oportunidad y es ahora!

LA PRIORIDAD: 
Analicemos la importancia de tener prioridades.  La prioridad número uno en este momento con sus hijos es: Darles Amor.
            
Es el amor el pegamento de los principios, valores y formación de vida:
El medio más efectivo para formar hombres de bien es precisamente el amor.  Es esta precisamente la necesidad más intensa que Dios da al ser humano.  El amor le da significado a la vida. El amor emana directamente del corazón de Dios. Dios ha dotado a los padres de un profundo amor, un amor como el amor de Dios.  Él nos ama sin condición y a pesar de nuestra condición de pecado.  Nosotros somos capaces de amar sin condición.
Porque fuimos creados a imagen de Dios, llevamos incorporado en nuestro ser la infinita capacidad de amar.  El amor lo recibimos antes de nacer en el sentir de la madre. Nos dan amor continuamente.  Somos recibidos en brazos de amor al nacer y desatan nuestro amor en cada acto de cariño dado en la vida.  Pero: desear amar a los hijos y amarles con actos intencionales y voluntarios son dos cosas diferentes.  Nuestros hijos necesitan su corazón lleno de amor.  Nuestros hijos son un regalo que enviaremos al futuro que no veremos.  Necesitamos prepararles para ese momento, que aunque nosotros no estemos aquí, ellos pueden descansar en la confianza de que son amados.
¡Cuidado!

La razón por la que muchos hijos se convierten en adultos inseguros no es porque sus padres no les amaron, sino porque el amor que recibieron de sus padres fue incompleto.

A.   Nuestros hijos sienten constantemente que deben competir por recibir amor:
Algunos chicos creen que su padre quiere más al perro o al carro o el trabajo que a él. Nunca permita que su hijo sienta que ama más a otros que a él.

B.    Nuestros hijos sienten que tienen que ganarse el amor:  
Solo les decimos que los amamos cuando ganan sus clases, o son buenos deportistas, o nos enorgullecen con banderas, trofeos, o diplomas. No de muestras de amor a cambio de algo,  el amor es incondicional
 ¡Qué reto el que tenemos!  Por eso en esta lucha de formar a nuestros hijos, debemos establecer nuestra prioridad: Darles Amor.  De inmediato debo hacer la pregunta ¿Cómo les doy amor?
Permitan  primero que defina el concepto de amor del cual hablo: “El amor es un compromiso de mi voluntad para llenar las necesidades reales (no egoístas) y mejorar la vida de mi hijo sin importar el costo”.
Debemos amar a nuestros hijos así como Dios nos ha amado. Cuando no lo merecen, , cuando es costoso, aún cuando es doloroso, y nunca para recibir halago.  Por esto les quiero compartir tres acciones importantes para darles amor como prioridad:

1.     Los hijos se sienten seguros cuando saben que son acepados tal como son.
Nuestros hijos nos irritan, nos frustran o nos avergüenzan, pero no son malos. Son bulliciosos, desordenados, sensibles, a veces lentos, olvidadizos, curiosos  o tienen algún aspecto físico como ojos, nariz, dientes, voz, que no podemos cambiar.  Los amamos igual y con la misma intensidad.

2.     Los hijos se sienten seguros cuando se sienten parte de una familia que los ama y honra.
Nuestros hijos necesitan encontrar un hogar donde hay más risas, más tolerancia, más alegría, más papás que juegan a las escondidas, carritos, comidita y les gusta jugar en la piscina. Necesitan padres que tienen un te amo en los labios.

3.     Los hijos se sienten seguros cuando reciben frecuentes y generosas dosis de afecto, contacto físico y muestras de amor.
El Dr. Kimmel dice: “Dios ha conectado nuestra piel a nuestra alma”. Diseñó nuestra envoltura exterior de modo que fuera una de las mejores herramientas para transferir el amor de todas las formas posibles y durante toda la vida. Nunca deje de dar y permita que le den amor en contacto físico.  Abrazos, besos, ponerlo en sus rodillas, cargarlo, y las opciones no terminan.

Conclusión

No lo olviden, en la tarea de cuidar a nuestros hijos está prohibido rendirse.  No perdamos nuestra oportunidad, hagamos del amor una prioridad.  

Lic. Maynor Salguero
Llamados a Servir
Parent Training América Latina

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