La pandemia y sus efectos han conmovido todos los aspectos de la vida. Lo que antes se tomaba por hecho y lo que se aceptaba como la ‘norma’, ha sido volteado por completo o redefinido. Esta es la realidad aunque haya sectores de la sociedad que aún insisten en permanecer anclados a algunas ‘costumbres’ y formas de vida. Hay sectores de la sociedad que están ‘regresando’ al estado por omisión (default) en las categorías de vida en que se sienten inseguros si no ‘siguen como antes’.
Sin embargo el status quo se está cuestionando con fuerza en todos lados, en todos los campos y sectores de la sociedad humana; y el mundo del aprendizaje no es excepción.
Antes de la pandemia, había poco contenido digital en educación aunque habían muchos soñadores que deseaban una transformación profunda en el campo de la enseñanza. La mayoría de proyectos de este tipo se encontraban con un muro impenetrable formado de muchos elementos; desde tradiciones enraizadas, hasta cuestiones económicas y percepciones del mercado (padres de familia y colegios).
La pandemia cambió todo esto. ¡Oh sorpresa! Lo que antes se afirmaba que era ‘imposible’ o que ‘no funcionaría nunca’, en cuestión de semanas se hizo posible. La aceleración a velocidad de la luz para moverse a una educación no presencial fue realmente sorprendente y abrió las exclusas de un inventario casi inagotable de ideas, soluciones y nuevas oportunidades.
Ahora que las aguas turbulentas que causó el remolino de la pandemia se están calmando y aclarando -especialmente en el mundo de la educación- se está demostrando que el aprendizaje en línea está causando una reforma profunda en los conceptos básico de lo que significa enseñanza y aprendizaje. Esta transformación hace florecer preguntas que apenas cinco años ni siquiera se consideraban en la mayoría de círculos educativos, preguntas como ¿Qué es un “colegio”? ¿Qué significa “ir al colegio?” ¡Cuál es la función medular del maestro? y muchas otras.
Esto se debe a que las preguntas de “¿quién?”, “¿cómo?”, “¿qué?”, y las dos mas importantes para estos tiempos: “¿cuándo?” y “¿dónde?”, se han convertido en los cinceles de transformación para lo que es el acceso a la enseñanza. Claro está, la Ciencia es contundente en que una educación remota no es para todas las personas y siendo que ésta aún está en su infancia, deja algunos vacíos en el proceso del desarrollo integral del estudiante. Sin embargo, estos vacíos no son mayores a los vacíos que la educación tradicional (los últimos 40 años) también tiene. Ahora existen los “estudiantes post pandemia”, chicos y chicas con nuevas habilidades para desarrollar en una nueva sociedad.
En países como el nuestro (Guatemala), un robusto programa de educación no presencial puede llenar brechas enormes que por décadas se han ido formando. Para eso es necesario redefinir algunos objetivos de lo que significaba “ir al colegio”, como la socialización, la función del maestro, la formación, etc. Pero si algo hemos visto en muchas otras áreas de la sociedad, los términos más básicos de esas áreas también están siendo redefinidas.
Algunos puntos a considerar para una propuesta sólida sobre la educación post pandemia debe incluir cambios en la forma en que entendemos el pasado cercano y el futuro inmediato en la educación.
- Entender que la educación presencial aún es y será necesaria en el futuro para muchas personas.
- Entender que la educación no presencial es igual de importante para estudiantes que pueden florecer en ese modo de enseñanza.
- Entender que hay estudiantes que se ven obligados por diferentes razones (seguridad, geografía, salud, intereses paralelos -deportes, otros estudios, etc.-) a estudiar de forma no presencial.
- Entender la función de la organización educativa en el proceso enseñanza-aprendizaje no presencial.
- Entender a profundidad las tecnologías de dispositivos, software, conexión y su intersección con el proceso enseñanza-aprendizaje no presencial.
- Entender más que nunca la importancia de la flexibilidad imperativa que se debe tener entre la estandarización y los estudiantes con sus habilidades e intereses particulares.
Mucha de esta conversación no es nada nuevo en los círculos del “Home Schooling”, sin embargo, la “nueva” educación no presencial yace entre la educación tradicional presencial y los programas de Auto Gestión total.
Definitivamente la educación no presencial no está naciendo como un reemplazo de la educación presencial, está floreciendo y madurando como una alternativa adyacente y, conforme el tiempo pase, madurará y será una columna importante en el desarrollo de la sociedad.
La educación no presencial que algunos envisionamos tiene 4 ejes fundamentales:
Tecnología
Experiencia
Entrega
Ecosistema
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La tecnología está estructurando nuevos canales en cuanto a cuándo y dónde pueden los estudiantes tener acceso al aprendizaje. Esto está dando lugar a nuevos paradigmas (aún en su infancia) de aprendizaje y participación así como la redefinición de lo que significa “adquirir
conocimiento”.
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El diseño de la experiencia total con el sistema no presencial demanda la pregunta “¿Qué significa ser un estudiante presencial, híbrido o virtual?”. Al igual que la experiencia presencial, la no presencial debe
ser estudiada y diseñada para un impacto positivo no sólo en el aprendizaje, sino en la vida del estudiante.
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La entrega del contenido (conocimiento) se abre a múltiples posibilidades. Todas las formas en que antes “no se podía” ahora están para ser vistas como posibles. Métodos no tradicionales podrán ser puestos a prueba y probablemente sean exitosos. El inventario de nuevas avenidas para entregar el contenido ahora requerirá de personas con otras habilidades que anteriormente pocas veces se relacionaban con la educación.
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El ecosistema donde florecerá el estudiante ante los estímulos entregados por la tecnología, se podría comparar con las instalaciones y los materiales didácticos físicos en la educación tradicional de los últimos 60 años. Este ecosistema debe tener ‘la temperatura’, ‘el oxígeno’ y ‘los nutrientes’ necesarios para permitir y estimular el aprendizaje no presencial.
Por último, no podemos olvidar a los estudiantes, a los que se les está preparando para SU futuro. Obviamente, un futuro donde más y más el aprendizaje y la enseñanza
en cualquier categoría de la vida será remota y se asemejará más a lo que hoy conocemos como no presencial.
Los aprendices post pandemia, requerirán en el futuro inmediato de más opciones para su aprendizaje y crecimiento. La oferta educativa ya no se puede quedar en presencial, no presencial o híbrida. Muy pronto ya no será una cuestión en que se tendrá que escoger una o la otra; es evidente que en el futuro cercano surgirán mucho más alternativas que las que hoy se ofrecen, y se requerirá de organizaciones con visión a futuro que al principio puedan especializarse en esas formas de atención.
El futuro nadie lo conoce, únicamente se pueden unir los puntos de conocimiento en cuanto a las tendencias y la inercia social. No se puede predecir el futuro de la educación, sólo se pueden hacer preguntas como “¿Qué pasaría si…?”. De esa manera, reducimos la incertidumbre y eso nos permitirá hacer mejores desiciones al anticiparnos a los posibles resultados y consecuencias.
Por Junior Zapata.
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